jueves, 20 de enero de 2011

TÉTRICOS OBSEQUIOS


Para ti ¡oh anciano mío!
es este mi canto
Para ti ¡oh viejito de nívea cabellera!
Son estos mis versos estirados y revestidos de melancolía
Para ti ¡oh amigo de trémulas manos!
es esta mi ofrenda de letras ensangrentada
Para ti ¡oh compañero leal de mis lúgubres días!
es esta mi vida desesperada clamando un segundo de paz,
Si, oh humano de mirada lejana y pérdida
para ti son todos estos tétricos obsequios
tómalos, ya son tuyos.
y perdóname por no ofrecerte el sol, la luna, ni las estrellas.
Tú sabes, señor mío,
que en mi alma sólo habitan seres oscuros e ignotos.
No puedo darte lo que no tengo;
pero aún así
yo quiero que sepas
que sólo intento robarte una sonrisa,
tan sólo ver regocijarse a tu alado espíritu
y, que doloroso es ver
que lo único que consigo
es hacerte ahogar en tu mar de lágrimas
que inundan de súbito tus ganas de existir.
No te culpes, padre,
no fue usted quién tiñó mi hálito
del color de la oscuridad,
tampoco fue quién lo dio aquel sabor amargo
a las huecas palabras que salen de mi famélica boca.
por favor deja de gritar a los cuatro vientos
que es por ti que sólo guardo
eternos otoños en mis pardas pupilas
y ubérrimos inviernos en mis descosidos abrazos.
Pero no me dejes cargando todo esto
Que humildemente los traía para ti;
no me dejes con las ganas
de regalarte mi respiración.

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