viernes, 10 de septiembre de 2010

SOY UN VIEJO


Me levanto al romper el alba
con el cantar brusco de los gallos;
me visto con mis harapos de siempre
y salgo una vez más
a batirme a muerte
con la dura calle salpicada de dolor.

Las gentes sin corazón
me miran con desdén;
algunos, quizá confundidos,
me regalan mendrugos fermentados.

Otros, que son muy pocos
Se acercan
me ayudan a cruzar las pistas,
secan amorosamente mis lagrimas,
ésas que han bañado tantas veces
mi rostro lleno de surcos de soledad.

Ay veces,
en mi torpe andar
tropiezo con alguna caprichosa piedra,
entonces es todo una eternidad
ponerme de pie
y continuar con mi batalla
Sí, soy un pobre viejo vagabundo
mis canas son como un pedazo
de nieve sucia,
mis manos no dejan de temblar,
mis ojos ya no ven con claridad,
mis pasos son tardíos y pesados
y ya casi nadie me oye al hablar.

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